Pensando “fuera de la caja”: ¿Cómo la digitalización está creando nuevas oportunidades laborales para las mujeres?
- PIT Policy Lab

- Sep 12
- 3 min read
Por Catalina Rodríguez Tapia, Consultora en Digitalización e Innovación en PIT Policy Lab

Durante muchas décadas, el mundo laboral ha operado bajo un esquema rígido y el cual para muchas mujeres ha representado una barrera significativa para la inserción laboral: horarios estrictos, un jefe, la necesidad de cumplir con tareas en un espacio físico. Sin embargo, la digitalización está transformando rápidamente este panorama, desafiando el paradigma tradicional y abriendo la puerta a nuevas formas de trabajar. Pero este cambio plantea preguntas fundamentales: ¿los nuevos esquemas laborales realmente garantizan una equidad para las mujeres, o simplemente replican paradigmas viejos disfrazados de “innovación”?
La economía gig: flexibilidad y nuevas oportunidades para las mujeres
La tecnología ha sido un catalizador para una nueva modalidad laboral: la economía gig. La gig economy o economía gig se refiere a un nuevo formato para generar ingresos fuera de la idea de trabajo tradicional en la cual una persona, a través de una plataforma en-línea, se encarga de realizar una tarea específica, y cobra este servicio de forma independiente. Servicios como traducciones, análisis de datos, mercadotecnia e incluso microtareas pueden realizarse desde cualquier lugar y con horarios flexibles que se adaptan a la disponibilidad del trabajador, a través de plataformas en línea como Fiverr, o su equivalente en América Latina, Workana.(1)
Para muchas mujeres, la economía gig representa una oportunidad única. Según estudios recientes, el 42% de los trabajadores en estas plataformas son mujeres, superando en 10 puntos porcentuales su participación en sectores laborales tradicionales. Esta flexibilidad les permite equilibrar mejor sus responsabilidades laborales y familiares. A pesar de ello, el camino hacia una verdadera equidad está lejos de haber terminado.
¿Modelo nuevo, barreras viejas?
No se trata solo de la disponibilidad de la tecnología, sino también de asegurarnos de que su uso no perpetúe desigualdades. Un estudio del Banco Mundial reveló que, incluso cuando las mujeres tienen la libertad de fijar sus propias tarifas en estas plataformas, ganan en promedio un 10% menos que los hombres por los mismos trabajos. Este dato es evidencia de una barrera menos visible pero igualmente poderosa: la brecha de confianza. En otras palabras, a pesar de contar con nuevas herramientas y oportunidades, muchas mujeres subestiman el valor de su trabajo, replicando patrones de desigualdad del mundo laboral tradicional.
Diseñando soluciones para el futuro: saltando fuera de la caja
La tecnología puede ser una herramienta poderosa para influir en el comportamiento de las personas y, en el caso de las mujeres, brindarles la confianza necesaria para reducir la brecha salarial. En 2018, la plataforma Hired en Estados Unidos realizó un pequeño cambio en cómo solicitaba a los freelancers la tarifa que cobrarían a sus clientes: en lugar de dejar el campo de tarifas en blanco, comenzó a sugerir promedios basados en trabajos similares. Aunque este cambio fue un simple cambio de diseño para mejorar la experiencia del usuario, tuvo un impacto inesperado: reducir la brecha salarial de género, que antes mostraba una diferencia de 10 puntos porcentuales a favor de los hombres (Roussille 2024). Este ejemplo demuestra cómo pequeños ajustes en el diseño pueden generar grandes transformaciones y resalta que, aunque la digitalización tiene el poder de transformar la economía, es fundamental que su uso y el diseño de las plataformas eviten perpetuar patrones discriminatorios que refuercen inequidades de género.
La digitalización ha abierto las puertas a una reinvención profunda del ámbito laboral, creando oportunidades que antes parecían inalcanzables. Sin embargo, no es suficiente con explorar soluciones innovadoras: debemos saltar fuera de la caja. La economía gig, potenciada por la tecnología, ha ampliado las posibilidades de trabajo flexible para las mujeres, pero por sí sola no resolverá las inequidades de género. Para que estas plataformas sean verdaderamente inclusivas, es fundamental que en su diseño se consideren los patrones y comportamientos preexistentes que ya perpetúan las desigualdades, como la falta de confianza. Solo a través de un enfoque consciente podremos garantizar que estas nuevas modalidades laborales no solo sean accesibles, sino también equitativas y transformadoras para todos y todas.
(1) Existen varias categorías de economía gig, entre ellas traba.

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