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Hacia una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial

Updated: Aug 22, 2023

Contenido por: Irma Contreras Islas, Denise Palacios Castañeda, Nicolás Pineda Salazar, Berenice Ramírez Ojeda, Berenice Ventura Ortega

Editado por: Alejandra Glía Sánchez G., Asistente de Proyectos en PIT Policy Lab.


La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología de propósito general que tiene el potencial de brindar numerosos beneficios para la sociedad y personas usuarias, al proporcionar servicios y/o productos que facilitan la toma de decisión basada en el análisis de información en tiempo real. A través de las matemáticas y la lógica, se simula el razonamiento humano que "razona" y "aprende" a partir de dicha información.


Como toda tecnología emergente, la IA ha presentado impactos positivos y negativos. En el lado positivo, en el día a día de las personas, esta tecnología ha permitido eficientar las tareas de quienes la utilizan, por ejemplo a través del uso de teléfonos inteligentes y de aplicaciones que facilitan la navegación del tránsito, la compra de productos y que sugieren formas de entretenimiento. Se destaca el uso de herramientas de reconocimiento de voz, sistemas automatizados de identificación de huellas dactilares, o reconocimiento facial para la autenticación de cuentas de personas usuarias.


Con relación a potenciales impactos negativos de la IA, uno de los principales riesgos abordados desde distintos foros está relacionado con cuestiones éticas y de Derechos Humanos. En este sentido, es necesario trabajar de manera interdisciplinaria para que las personas que diseñan la tecnología cuenten con herramientas para identificar los potenciales impactos sociales de sus productos o servicios. Por ejemplo, existen una serie de principios consensuados a nivel internacional, como los propuestos por la OCDE, como una brújula para evitar el desarrollo de productos sesgados y guiar el despliegue de sistemas de IA. Otra preocupación recurrente se refiere a la IA y su relación con la automatización y posible pérdida de empleos. Si bien el Reporte El Futuro de los Empleos (2020) del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), indica que el uso de sistemas de IA creará más empleos de los que desaparecerán, existe una preocupación generalizada sobre la preparación de la fuerza laboral para acceder a dichos nuevos empleos.


Desde una perspectiva de administración pública, también comienzan a surgir una serie de ejemplos sobre el uso de IA para la mejora de prestación de servicios públicos basados en inteligencia de datos. Un ejemplo específico para Latinoamérica es PretorIA, un sistema de IA que busca mejorar el proceso de selección de tutelas en la Corte Constitucional colombiana.

Por su parte, el Ministerio de Inteligencia Artificial de los Emiratos Árabes se encarga de perseguir los objetivos de su Agenda del Centenario 2071, que busca el desarrollo de programas, proyectos y nuevos avances que hagan uso de la IA en los sectores de transporte, salud, espacial, energía renovable, manejo del agua, tecnología, educación, medio ambiente y mejora del tráfico.


Si bien existen numerosos esfuerzos y discusiones respecto a la importancia de que México cuente con una Estrategia Nacional de IA, como el trabajo impulsado en años recientes por C Minds y por la coalición ciudadana IA2030Mx, con la publicación de la Agenda Nacional de Inteligencia Artificial, el ejemplo de los Emiratos Árabes, y muchos otros en el mundo y la región, vuelven a traer el foco de atención a la relevancia de que México cuente con una estrategia propia, que podría enfocarse en cinco áreas puntuales:


  1. Investigación básica y aplicada - Fomentar la capacitación temprana e incentivar el interés desde los niveles escolares básicos hacia las matemáticas y el desarrollo de nuevas tecnologías. Incentivar proyectos de investigación en esta materia a nivel posgrado.

  2. Futuro del Trabajo y competencias - Si bien la IA y las tecnologías emergentes reemplazarán algunos roles profesionales, también es cierto que permitirán generar nuevas áreas de trabajo para las cuales el país tiene que estar preparado y convertirse en semillero, más que en importador de talento.

  3. IA en el Gobierno - Diseñar una ruta a seguir por los tres niveles de gobierno para aprovechar el uso de tecnologías emergentes y de herramientas que utilicen sistemas de IA, que permitan apoyar y mejorar la toma de decisiones en beneficio de la sociedad.

  4. Infraestructura digital y de datos - Implementar sistemas de IA que permitan a las y los ciudadanos acceder de forma precisa a la información pública, así como orientar las acciones para que la infraestructura, políticas, programas y proyectos de gobierno estén soportados por una toma de decisiones que consideren variables procesadas por dichos sistemas De esta forma, permitirán hacer más eficientes e “inteligentes” las acciones de gobierno.

  5. Regulaciones - Desarrollar mejores prácticas colaborativas junto con el sector privado y la sociedad civil para tener un mejor control y gobernanza sobre los datos utilizados en las aplicaciones, así como hacer uso de la información de la ciudadanía y de los datos, tanto públicos como privados, de una forma responsable y transparente.


La IA ofrece grandes oportunidades de desarrollo para México y para sus habitantes. Aprovechar el potencial de estas tecnologías podría beneficiar a la ciudadanía en línea con las metas planteadas en el Plan Nacional de Desarrollo. Es indispensable, sin embargo, no perder de vista la mitigación de riesgos respecto a un diseño o implementación que no consideran el bien común y marcos éticos y de Derechos Humanos. Una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial permitiría coordinar sectores, actores y sentar las bases para su aprovechamiento estratégico en línea con el interés público.


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