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¿Ciencias sociales y tecnología?

Por Catalina del Cueto Pérez, Pasante en PIT Policy Lab


Editado por Alejandra Glía Sánchez, Líder de Proyectos y Mariana Lazos, Líder de Proyectos y Operaciones en PIT Policy Lab.



Cuando se abordan temas de tecnología usualmente se piensa en grandes corporaciones como Google, Microsoft, Apple, Samsung y Facebook. Al hablar de quienes laboran en este ámbito podría asumirse que solo participan personas con perfiles técnicos, omitiendo que detrás de la tecnología también se encuentran personas expertas y pertenecientes a la academia de las Ciencias Sociales, think tanks especializados e, incluso, el gobierno. Ese tipo de ideas eran constantes en mi mente y me costaba entender cómo alguien que hubiera estudiado una carrera como Relaciones Internacionales (RRII) podía encajar en el mundo tecnológico. En especial cuando la tecnología no suele estar en los planes de estudio o es un tema transversal en el que apenas se empieza a profundizar.


Sin embargo, durante mi último año de licenciatura tuve la oportunidad de desarrollar una tesis en equipo acerca del papel de herramientas digitales como las redes sociales en las identidades políticas, por lo que pude entender un poco mejor la creciente relación entre la tecnología y el campo de las RRII. En efecto, antes de mi tesis, desconocía la psicología detrás del uso de las redes sociales para fines políticos, cómo la tecnología puede ser aprovechada por los gobiernos para maximizar los beneficios para la ciudadanía, o cómo evitar que las generaciones anteriores sean rezagadas por la digitalización, entre otros temas. Este estudió despertó mi interés por un campo de estudio que no me era familiar.


Afortunadamente, con el paso del tiempo he descubierto que las personas internacionalistas, politólogas, sociólogas, y de otros campos, han empezado a incluir la tecnología en sus análisis en ámbitos como la diplomacia digital, el gobierno digital, la ciberseguridad, la propaganda digital y el activismo digital. Debido a que esta es una herramienta compleja, a veces la academia y los Estados no tienen claro cómo aprovecharla al máximo para generar los mejores y mayores beneficios para todas las personas. Además, existen barreras como la idea de que “es un tema para personas en STEM” que llegan a limitar los estudios y las iniciativas.


Así, con un panorama lleno de muchas dudas y en una búsqueda por conocer más acerca de estos temas, encontré a PIT Policy Lab, donde tuve la oportunidad de hacer prácticas profesionales en proyectos. Participé activamente en el Foro de Trabajo Colectivo, apoyando con la logística del evento virtual, moderando uno de los grupos de discusión y contribuyendo en la redacción de la relatoría del evento. Además, tuve la oportunidad de contribuir a la investigación sobre la desinformación de las campañas políticas en redes sociales, donde apoyé en el diseño gráfico de la propuesta de investigación. También contribuí en la investigación para la redacción del artículo "Democratizing the field of Public Interest Technology: Three projects of Technology for Municipal Transformation, Anti-Corruption and Smart Tourism in Mexico".


Colaborar en PIT Policy Lab me ha permitido descubrir que desde las Ciencias Sociales se puede incentivar, plantear y desarrollar proyectos que permitan que la tecnología sirva al bien público. Es importante reconocer que aún queda un largo camino por recorrer para que los beneficios sean para todas y todos, pero es indudable que ya se están realizando grandes esfuerzos para aprovechar las nuevas herramientas al máximo. En ese sentido, coincido con Muhammad Yunus cuando dijo “la tecnología es importante, pero lo único que realmente importa es qué hacemos con ella.”


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