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Latinas en Tech Policy - Parte 2

  • Foto del escritor: Cristina Martínez Pinto
    Cristina Martínez Pinto
  • 2 abr
  • 8 Min. de lectura

Por PIT Policy Lab - Edición 2025

La ciencia y la tecnología tienen un papel fundamental en la transformación de la sociedad y la economía. No obstante, uno de los obstáculos para esta transformación es la persistencia de brechas de género en el campo. Las desigualdades de género se encuentran presentes en las diferentes etapas del desarrollo e implementación de las políticas de tecnología. Aunque actualmente existe un creciente número de mujeres en posiciones de toma de decisiones en el mundo de políticas de tecnología, su labor, avances e innovaciones no suelen ser debidamente reconocidas. Por esto, PIT Policy Lab busca aumentar la visibilidad de mujeres líderes en el sector, a través de la iniciativa Latinas en Tech Policy.


Para la edición 2025, hemos recopilado las experiencias de seis mujeres admirables, con la finalidad de aumentar el conocimiento sobre el campo laboral existente a través de su trayectoria. Conoce la historia de tres de ellas en esta publicación:


Yunive Moreno,  Directora General de Visor Urbano

Desde muy joven, Yunive Moreno supo que su vocación estaba en hacer que los proyectos cobraran vida. Estudió Relaciones Internacionales, y pronto encontró en la gestión de proyectos el espacio perfecto para aplicar sus habilidades en organización, vinculación y cooperación internacional. Pero fue en 2014, al coordinar un foro mundial de tecnología organizado por la Secretaría de Economía y CANIETI, que descubrió su verdadera pasión: la intersección entre la innovación, la tecnología y la acción pública.


Ese evento fue un parteaguas. Ahí se dio cuenta de que la tecnología no solo era un campo apasionante, sino también una poderosa herramienta para impulsar el cambio en gobiernos, instituciones y comunidades. Desde entonces, ha construido una trayectoria sólida liderando proyectos de innovación tecnológica con una mezcla infalible de estrategia, coordinación y sensibilidad para las necesidades de los distintos actores involucrados.


Hoy en día, Yunive lidera y promueve Visor Urbano, uno de los proyectos GovTech más exitosos de México. Esta iniciativa, nacida en Guadalajara en 2016 con el apoyo de Bloomberg Philanthropies, ha transformado la forma en que los gobiernos locales interactúan con la ciudadanía. A través de la digitalización, la transparencia y la apertura, Visor Urbano ha sido replicado en más de 60 ciudades del país, convirtiéndose en un referente de cómo la tecnología puede ser motor de integridad y eficiencia en la gestión pública.


Para Yunive, lo más gratificante de este sector es ver cómo su trabajo contribuye directamente a mejorar procesos, optimizar la comunicación entre autoridades y ciudadanía y, sobre todo, reducir prácticas de corrupción que durante años concentraron poder y generaron desconfianza. En cada nuevo municipio que adopta esta plataforma, ve reflejada la posibilidad de un gobierno más cercano, honesto y moderno.


Pero su camino no ha sido solo profesional. Yunive también se ha nutrido de figuras que le han mostrado el valor del liderazgo comprometido. Su madre fue su primer y más importante modelo a seguir: una mujer trabajadora, generosa y firme, que le enseñó desde pequeña el poder de la responsabilidad, el esfuerzo y la empatía. Más adelante, ha encontrado inspiración en mujeres como Jacinda Ardern, ex Primera Ministra de Nueva Zelanda, y Whitney Wolfe, fundadora de Bumble, ambas ejemplos de cómo es posible liderar desde la maternidad sin renunciar al impacto.


Uno de los momentos más significativos de su carrera fue cuando, a los 27 años, logró organizar y coordinar un foro internacional con más de 3,000 asistentes de 40 países. Ese hito no solo le confirmó que estaba en el camino correcto, sino que le enseñó que la convicción y el trabajo en equipo pueden mover montañas. Años después, en 2022, recibió el reconocimiento como “AI Disruptor of the Year” por Women in AI North America, destacando su liderazgo en el uso de tecnología para el bien público en el estado de Jalisco. Este galardón no solo la llenó de orgullo, sino que también la reafirmó como una de las voces mexicanas más prometedoras en el sector.


A las mujeres jóvenes interesadas en este campo, Yunive les aconseja construir redes de colaboración sólidas. En el sector tecnológico, la confianza y la reputación son fundamentales, y las conexiones que se forjan hoy pueden abrir puertas mañana. “Que confíen en ustedes y en su trabajo es clave para que los proyectos se concreten”, afirma con convicción.


Yunive Moreno es, sin duda, una de esas personas que hacen que las cosas sucedan. Y lo hace con propósito, con entrega, y con la firme creencia de que la tecnología, bien dirigida, puede ser uno de los instrumentos más poderosos para construir un gobierno más humano.




Daniela Rojas, Oficial de Programas Senior en Eon Institute

Daniela Rojas nació y creció en Puebla, México, en una familia donde la ingeniería era más que una profesión: era parte del día a día. Su madre, padre y hermano se dedicaban, cada uno a su manera, a este campo, y desde muy pequeña se sintió atraída por la tecnología y la ciencia. En lugar de enfrentar estereotipos de género, creció en un entorno que la animaba activamente a explorar el mundo STEM —su papá incluso pedía a todos los dioses que su hija también eligiera una ingeniería como carrera.


Pero cuando llegó el momento de decidir su rumbo profesional, Daniela sintió que algo faltaba en la ecuación. Si bien la tecnología la fascinaba, su corazón también estaba profundamente conectado con los problemas sociales que veía a su alrededor. Las desigualdades estructurales en México, visibles en cada rincón de la vida cotidiana, le generaban una inquietud que no podía ignorar. Así que, para sorpresa de su papá, decidió estudiar Relaciones Internacionales.


Sin embargo, su fascinación por la tecnología nunca se apagó. Durante sus prácticas profesionales en ProMéxico, descubrió nuevos conceptos: Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, wearables. Formó parte del desarrollo de una hoja de ruta para parques industriales 4.0, y quedó completamente cautivada por el sector. En ese momento, comprendió que no tenía que elegir entre lo social y lo tecnológico: podía construir un camino en la intersección de ambos.


Hace cinco años, Daniela encontró su lugar en el mundo profesional: el campo de las políticas tecnológicas. Desde entonces, ha trabajado en investigación, diseño de políticas públicas, gobernanza experimental y sensibilización sobre los retos éticos y sociales del desarrollo tecnológico. Actualmente, es el brazo implementador de Eon Institute, un tanque de pensamiento mexicano comprometido con construir una sociedad a prueba de futuro. Su enfoque se basa en generar impacto desde lo local hasta lo regional, siempre con una mirada ética, inclusiva y colaborativa.


Uno de sus mayores orgullos ha sido liderar y organizar más de una decena de eventos de alto nivel y foros de expertos en tecnología, que han reunido a más de 200 personas de 15 países. Bajo su liderazgo, la paridad de género no es una meta aspiracional, sino una práctica concreta: se ha asegurado de amplificar las voces de mujeres expertas que históricamente han sido subrepresentadas en estos espacios.


Para Daniela, lo más valioso de trabajar en este sector ha sido encontrar una red de mujeres increíbles que la inspiran día a día. Sin embargo, también ha enfrentado desafíos, como el mansplaining y la constante necesidad de demostrar que merece estar en la mesa de discusión, especialmente siendo frecuentemente la persona más joven en el lugar.


A pesar del clima internacional cada vez menos favorable para las discusiones sobre el desarrollo responsable de las tecnologías, Daniela mantiene firme su convicción de que la ética y la inclusión deben seguir siendo el corazón de esta conversación.


Sus modelos a seguir han sido, primero y ante todo, su madre —una mujer resiliente, trabajadora y profundamente empática que le enseñó que el género nunca debe definir los sueños de una persona. Más adelante, ha encontrado inspiración en líderes mujeres dentro del sector tech policy que no solo han abierto caminos, sino que los han transformado, redefiniendo lo que significa liderar desde la empatía y la conciencia social.


A las mujeres jóvenes interesadas en incursionar en este campo, Daniela les dice: "¡Bienvenidas! Necesitamos más voces como la suya. No tengan miedo de alzar la voz. Aquí hay aliadas dispuestas a construir juntas un futuro más justo y más humano."




Natalia González Alarcón, Coordinadora agenda IA y ética de la UNESCO para América Latina

La historia de Natalia González es la de una economista que decidió mirar más allá de los números y explorar el impacto de las políticas públicas en la vida de las personas. Su formación académica es sólida: tiene una maestría en Economía por la Universidad de los Andes y otra en Políticas Públicas por Georgetown University. Pero lo que verdaderamente ha guiado su trayectoria es una curiosidad constante por entender cómo se construyen puentes efectivos entre el sector público, el privado y la ciudadanía.


Su carrera comenzó en el mundo de la política industrial y la innovación, primero desde la academia y luego en el sector público. Trabajó en temas de transferencia de conocimiento y desarrollo de capacidades productivas, donde descubrió el papel cada vez más estratégico de la tecnología. Al principio la veía como una palanca de productividad, pero pronto entendió que su impacto iba mucho más allá: la tecnología tiene el poder de transformar sociedades enteras.


Durante su estancia en Georgetown, esa intuición se volvió certeza. Participó en un fellowship sobre el futuro del trabajo y los riesgos de automatización, y su proyecto de grado se centró en evaluar un programa de formación en programación para personas con trayectorias no convencionales. Fue ahí donde Natalia decidió enfocar su carrera en el desarrollo de políticas tecnológicas con enfoque ético y social.


Desde entonces, ha trabajado en el uso responsable de los datos y la inteligencia artificial, con una mirada crítica y humana. Hoy lidera una de las agendas más ambiciosas de la región: coordina el trabajo de inteligencia artificial y ética de la UNESCO en América Latina, impulsando la implementación de la Recomendación sobre la Ética de la IA adoptada en 2021. A través de la Readiness Assessment Methodology (RAM), acompaña a cerca de 15 países en el diagnóstico de sus ecosistemas de IA, para fortalecer su gobernanza tecnológica desde una perspectiva ética y orientada al bien común.


Además, colabora con CAF en una agenda regional que aborda cinco áreas prioritarias definidas por los propios países. El objetivo: generar bienes públicos y posicionar a América Latina como una voz relevante en los debates globales sobre inteligencia artificial.


Lo que más motiva a Natalia en su trabajo es el contacto directo con quienes lideran estas agendas en cada país. Le apasiona aprender de contextos diversos, contribuir con herramientas útiles y, sobre todo, asegurar que en medio de la transformación digital no se pierda de vista lo esencial: las personas y el bienestar colectivo.


Su camino ha sido acompañado por figuras femeninas que la han inspirado profundamente. Su madre fue su primer ejemplo de disciplina, fortaleza y ruptura de estereotipos, y en su carrera ha contado con modelos como Adriana Kugler, a quien conoció en Georgetown, y Cristina Pombo, quien fue su jefa en el BID y con quien puso en marcha fAIr LAC, la primera alianza regional para promover el uso ético de la tecnología en América Latina y el Caribe.


Uno de los momentos más transformadores en la vida profesional de Natalia fue precisamente en el nacimiento de fAIr LAC. En 2019, muchas personas dudaban del sentido de hablar de IA en una región con problemas tan urgentes como la pobreza, desigualdad y desempleo. Pero con el tiempo, y con una visión clara, entendió que es precisamente por eso que hay que hablar de tecnología. Porque si se gestiona bien, puede ser una aliada para resolver los grandes desafíos de nuestra región.


A las mujeres jóvenes interesadas en este campo, Natalia les lanza un mensaje claro: anímense sin miedo. La tecnología es un espacio dinámico y retador, pero también lleno de oportunidades para hacer preguntas, aportar nuevas miradas y construir soluciones más completas.


 
 
 

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