Por: Nayeli Alfaro Tepox, José de Jesús Minutti Hernández , Karla Jovana Osorio Sánchez , Arturo Rosique Castillo, y Cristian Trejo Rivera en el marco del Curso PIT 101: Tecnologías emergentes y Tecnología de Interés Público impartido como parte del Diplomado en Innovación Pública del INAP México.
Editado por: Alejandra Glía Sánchez
La tecnología, en su constante evolución, ha dejado una huella indeleble en cada aspecto de nuestras vidas, transformando rutinas diarias y alterando nuestras percepciones de lo que es posible. Pero, ¿qué sucede cuando la tecnología se entrelaza con la esfera pública, la gobernanza y la participación ciudadana? ¿Cómo cambia la dinámica cuando la tecnología se convierte en una herramienta para el empoderamiento de la ciudadanía y hacia la mejora de la interacción entre el gobierno y la sociedad? Aquí es donde entra en juego un concepto cada vez más relevante: la Tecnología Cívica.
La Tecnología Cívica es un término que se refiere al aprovechamiento de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) desde la ciudadanía, buscando resolver retos públicos, aumentar la transparencia del gobierno y/o promover la colaboración entre la ciudadanía y la administración pública. Es un campo en crecimiento que se encuentra en la intersección de la tecnología, el gobierno y la sociedad civil. En términos de cómo funciona, generalmente implica el uso de plataformas digitales que, en ocasiones, permiten interactuar con gobiernos o participar en procesos cívicos de una manera más directa y accesible.
La Tecnología Cívica puede tomar muchas formas como:
Plataformas en línea que permiten a la ciudadanía reportar problemas en su comunidad como Cityzn, YoVeoVeo, Mapee, entre otros.
Herramientas que permiten a la ciudadanía colaborar en la creación de políticas públicas como el Observatorio de juventud para América Latina y el Caribe de la CEPAL.
En México, la Tecnología Cívica ha tomado un papel importante. Awesome Civic Tech, por ejemplo, es un sitio que contiene una lista de iniciativas de Tecnología Cívica creada por la comunidad de Codeando México y curada por personas voluntarias con conocimiento en el tema de proyectos de tecnología cívica en México. Yeeko Inteligencia Colectiva es uno de estos proyectos. Su enfoque en la creación de soluciones y propuestas colectivas, que incorporan la voz de todas las personas que integran una organización o comunidad, demuestra su compromiso con la participación ciudadana y la construcción de consensos. Otro ejemplo es Rutadirecta, que a través de su plataforma basada en crowdsourcing ha logrado proporcionar información precisa y de alta calidad sobre el transporte público en diversas ciudades del país. Desde PIT Policy Lab, en 2021 se publicó el reporte Tecnología Cívica en la CDMX: Evolución y Prospectiva (2011-2018), desde donde se entrevistó a líderes del sector, se hizo un recuento sobre los inicios del ecosistema y se documentaron algunas de las aplicaciones/soluciones más reconocidas.
Mientras que existen beneficios de la Tecnología Cívica, como lo muestran los ejemplos antes mencionados, también conlleva ciertos riesgos. Uno de los principales desafíos es garantizar la privacidad y protección de datos de la ciudadanía. Con la recopilación masiva de información personal en plataformas digitales, existe el riesgo de mal uso o filtración de datos sensibles. Además, la brecha digital puede excluir a aquellas personas que no tienen acceso o habilidades para utilizar estas herramientas, creando una división entre la ciudadanía. Es esencial abordar estos riesgos y garantizar que la tecnología cívica se implemente de manera ética y equitativa, teniendo en cuenta la inclusión y la protección de datos.
Si te interesa saber más del tema, te invitamos a leer el trabajo final titulado “Tecnología Cívica”, elaborado por estudiantes del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP México) en el marco del Diplomado de Innovación Pública, que incluye recomendaciones de política pública en el tema.
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