Contenido por: Irma Contreras Islas, Denise Palacios Castañeda, Nicolás Pineda Salazar, Berenice Ramírez Ojeda, Berenice Ventura Ortega
Editado por: Alejandra Glía Sánchez G., Asistente de Proyectos en PIT Policy Lab.
La Inteligencia Artificial (IA) es una ciencia que busca usar la tecnología para el beneficio de las sociedades y personas usuarias, al proporcionar servicios y/o productos de calidad de forma eficiente. A través de las matemáticas y la lógica, se crea un sistema informático que simula el razonamiento humano para aprender y tomar decisiones a partir de información nueva. Además, la IA busca favorecer la gobernanza a través de su brazo ejecutor, la administración pública.
Como todo campo, la IA ha creado impactos positivos y negativos. En el lado positivo, la IA ha permitido elevar la calidad de vida y facilitar las tareas diarias de quienes la utilizan. Algunos ejemplos son los celulares, aplicaciones móviles, y electrodomésticos inteligentes. También ha favorecido sectores estratégicos de los gobiernos, como las áreas de seguridad pública y nacional, médica, financiera, etc., logrando una mayor eficiencia y creando nuevos mercados laborales, aportando al desarrollo de varios países. Para la sociedad, la IA ha permitido el acercamiento cultural y económico, desmarcando las fronteras físicas y conectando a las personas. Aunque es verdad que existen múltiples impactos positivos de la Inteligencia Artificial, no podemos olvidar la importancia de su diseño y uso responsable y ético. Los valores que rigen el bien común deben servir como una brújula para evitar la segregación y productos sesgados.
Algunos ejemplos concretos de IA con impactos positivos son el reconocimiento de voz, los sistemas automatizados de identificación de huellas dactilares, búsquedas a través de la voz, respuestas instantáneas a problemas, entre otros. Un ejemplo específico para Latinoamérica es PretorIA, un sistema de IA que busca mejorar el proceso de selección de tutelas en la Corte Constitucional colombiana. Así como estos ejemplos, existen muchos otros que hoy en día vemos como parte de nuestra vida cotidiana.
Por otro lado, es relevante mencionar que la IA también ha tenido impactos negativos que surgen con su implementación y funcionamiento. Uno de los impactos negativos que más preocupa a las personas es el riesgo de ser sustituidas en sus trabajos por la IA. Sin embargo, es indispensable recordar que la limitante principal de la IA son las personas mismas. Un segundo impacto negativo tiene que ver con cuestiones éticas. Es indispensable que las personas que diseñan la IA estén debidamente preparadas y dispongan de formación que les permita vislumbrar los alcances del uso de la IA en las vidas de las personas. La ausencia de un marco regulatorio referente a derechos humanos puede llevar a consecuencias irreparables, especialmente para comunidades vulnerables. Por ello, es fundamental analizar las iniciativas desarrolladas a nivel regional, identificando espacios de mejora a la luz de los principios internacionales existentes y las buenas prácticas que respondan de manera más adecuada al contexto local.
En lo referente a la administración pública, existen varios ejemplos del uso de IA en el sector público. Un caso de particular interés es el Ministerio de Inteligencia Artificial a nivel nacional de los Emiratos Árabes. Este Ministerio se encarga de perseguir los objetivos de la Agenda del Centenario 2071, que busca el desarrollo de programas, proyectos y nuevos avances que hagan uso de la IA en los sectores de transporte, salud, espacial, energía renovable, manejo del agua, tecnología, educación, medio ambiente y mejora del tráfico.
Este ejemplo muestra la posibilidad de crear una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial en México. Esta estrategia podría enfocarse en cinco áreas esenciales para el contexto mexicano:
Investigación básica y aplicada - Fomentar la capacitación temprana e incentivar el interés desde los niveles escolares básicos hacia las matemáticas y el desarrollo de nuevas tecnologías. Incentivar proyectos de investigación en esta materia a nivel posgrado.
Futuro del Trabajo y competencias - Si bien la IA y las tecnologías emergentes reemplazarán algunos roles profesionales, también es cierto que permitirán generar nuevas áreas de trabajo para las cuales el país tiene que estar preparado y convertirse en semillero, más que en importador de talento.
IA en el Gobierno - Diseñar una ruta a seguir por los tres niveles de gobierno para aprovechar el uso de tecnologías emergentes y de herramientas que utilicen sistemas de IA, que permitan apoyar y mejorar la toma de decisiones en beneficio de la sociedad.
Infraestructura digital y de datos - Implementar algoritmos de IA que permitan a las y los ciudadanos acceder de forma precisa a la información pública, así como orientar las acciones para que la infraestructura, políticas, programas y proyectos de gobierno estén soportados por una toma de decisiones que consideren variables procesadas por motores de IA. De esta forma, permitirán hacer más eficientes e “inteligentes” las acciones de gobierno.
Regulaciones - Desarrollar mejores prácticas colaborativas junto con el sector privado y la sociedad civil para tener un mejor control y mayor certeza sobre los datos utilizados en las aplicaciones, así como hacer uso de la información de la ciudadanía y de los datos, tanto públicos como privados, de una forma responsable y transparente.
La IA ofrece grandes oportunidades de desarrollo para México y para sus habitantes. Aprovechar el potencial de estas tecnologías podría beneficiar a los ciudadanos en gran manera. Es indispensable, sin embargo, no perder de vista los riesgos adjuntos a un diseño o implementación que no consideran el bien común y factores éticos. Una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial permitiría sentar las bases para la implementación de tecnologías emergentes basadas en IA que permitan mejorar de forma integral y transversal las acciones del gobierno.